Pérdida ósea

Con los años y debido a diversas circunstancias y situaciones, se produce la pérdida de hueso dental.

Las causas de esta pérdida son varias:

  • Pérdida de una pieza dental que no se repone. Al no masticar y ejercer presión sobre esa zona, el hueso se reabsorbe y va desapareciendo con el tiempo.
  • La periodontitis crónica. Las bacterias se alojan detrás de la encía destruyendo el hueso donde se alojan las piezas dentales.
  • El tabaco favorece la absorción del hueso dental y con ello, la pérdida de los dientes.
  • Otras causas son: la mala alimentación, higiene deficiente, etc.

 

 

 

 

¿Cómo podemos evitar la pérdida de hueso por ausencia de piezas dentales?.

A menudo, muchos pacientes nos visitan porque, desde hace muchos años, llevan prótesis removibles para subsanar las ausencias dentales pero, esta no es una buena opción para frenar la pérdida de hueso. Dichas prótesis, no ejercen la suficiente presión sobre el hueso, favoreciendo así, el desgaste de este.

Además de la pérdida de hueso, favorecen el envejecimiento facial, ya que, pueden provocar el colapso del tercio superior facial.

La ausencia de piezas dentales y hueso provoca que las mejillas y la zona de alrededor de la boca se llenen de arrugas y la nariz se pronuncie.

Al problema de estética, tenemos que añadir el funcional. Estas prótesis no se adaptan bien y conforme se va perdiendo el hueso, va siendo más difícil la masticación con ellas.

Las mejores opciones para reemplazar las piezas dentales y evitar la pérdida ósea son:

 

  • La colocación de implantes dentales unitarios.
  • La colocación de puentes.
  • La colocación de prótesis removibles o fijas sobre implantes.

 

 

En muchos casos, el paciente tiene una pérdida ósea muy avanzada y necesita un tratamiento adicional para colocar los implantes:

  • Regeneración ósea.
  • Elevación de seno.

 

Buenos hábitos como:

  • Cepillar los dientes, al menos, dos veces al día.
  • Acudir al dentista para que nos realicen una limpieza bucal, al menos, una vez al año.
  • Llevar una alimentación sana.
  • No fumar.

Con estos buenos hábitos conseguiremos que nuestra salud bucodental y con ella, la pérdida de hueso, sea mucho menor y más lenta.

 

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